Argentina ha iniciado 2023 con una aceleración de la inflación. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) subió un 6% en enero, un 09% más que en diciembre, lo que deja la inflación interanual en el 98,8%. La escalada inflacionaria complica al peronismo gobernante en un año electoral en el que aún no define a su candidato y en el que aspiraba a bajar la inflación mensual al 3% en los primeros cuatro meses del año. El Gobierno está especialmente preocupado por la subida de los precios de los alimentos, del 6,8% en el último mes. A fines de enero, el Ministerio de Economía renovó su acuerdo de precios máximos hasta junio. Este lunes, en un intento de anticipar medidas frente a las cifras negativas, también anunció un acuerdo para fijar los precios de la carne: los supermercados venderán cortes seleccionados con descuentos del 30% hasta finales de marzo.
Los precios de los alimentos se han disparado desde finales de 2022. Los índices de noviembre y diciembre se tomaron un respiro después de meses de subir por encima del promedio del IPC. Los alimentos han vuelto a subir desde entonces: del 3,5% en noviembre, al 4,7% en diciembre y al 6,8% este enero, que ha vuelto a superar la media del IPC. Los otros incrementos significativos en el primer mes del año se han producido en el sector de “actividades recreativas”, un 9% coincidiendo con la temporada vacacional del país, y un 8% de incremento en las tarifas de servicios públicos como agua, luz o combustible. El aumento de la inflación de enero terminó por encima de las previsiones del Banco Central, que encuesta mensualmente a entidades privadas y consultoras. La proyección que tenían para enero era de 5,6%.
El año empieza cuesta arriba. El Gobierno necesita mantener el poder adquisitivo de los trabajadores de cara a las elecciones presidenciales de octubre, mientras cumple con un ajuste prometido al Fondo Monetario Internacional para reducir el déficit fiscal a 1,9% en 2023. Las medidas impuestas desde agosto del año pasado comenzó a dar sus frutos: el Gobierno logró mantener su rojo fiscal en 2,4% del PBI en 2022, por debajo del 2,5% impuesto por el FMI, con un aumento de las tarifas de los servicios públicos, eliminando los subsidios energéticos e imponiendo límites al acceso a dólares para importaciones
Ahora, el Gobierno está centrado en que la inflación no pulverice los salarios. A finales de enero, el Ministerio de Economía amplió su acuerdo con varios sectores para controlar el precio de hasta 2.000 productos de primera necesidad, que mantendrán un alza mensual del 3,2% hasta junio. Este lunes anunciaron que la carne se incorporará al programa “Precios Justos” con el que el Gobierno espera mantener a raya las alzas en los precios de los alimentos y otros servicios básicos.
El ministro de Economía, Sergio Massa, anunció este lunes que los supermercados venderán siete cortes de carne con reducciones de precios de hasta un 30%. Tras un periodo de sequía que ha afectado a la producción ganadera, el Gobierno subvencionará hasta el 40% de la alimentación de los animales que se críen en corrales de engorde. Con esta medida, el Ministerio de Economía espera acelerar la producción y aumentar la oferta en un mínimo de 18.000 toneladas de carne, alrededor del 25% del consumo promedio mensual, que en Argentina es de 60.000 toneladas.
El gran problema, al igual que con los precios controlados del resto de la canasta básica, será verificar el cumplimiento en los pequeños comercios de barrio. El Gobierno no puede imponer a las carnicerías los precios a los que se ha comprometido con los grandes productores que abastecen a las cadenas de supermercados, por lo que ha anunciado descuentos para los compradores que utilicen sus tarjetas de débito en estos comercios: 35% para los usuarios del Banco Nación que realicen sus compras el fin de semana y un 10% de devolución para usuarios de otros bancos, siempre que sus compras no superen los 20.000 pesos, unos 100 dólares al tipo de cambio oficial.
La medida entrará en vigor este viernes, por lo que sus efectos no se verán reflejados en los índices del IPC hasta los registros de marzo. Los carniceros dudan de que sea fácil de aplicar. “El viernes el cliente debe tener la tarjeta del Banco Nación y el carnicero debe estar bancarizado en el Banco Nación. Y hay muchos que son, o reciben el publicación neta [las terminales de pago] para tarjetas de débito comunes. No creo que el programa sea tan rápido”, dijo el presidente de la Asociación de Dueños de Carnicerías, Alberto Williams, en una entrevista radial este lunes.
“Él publicación neta Hace un mes que no funciona y tengo que volver a pedirlo”, dice a regañadientes un carnicero del barrio de Once, en el centro de Buenos Aires. “Para nosotros es un quilombo mantener la expectativa. como puedo, pero la devolución de una compra con tarjeta tarda como cuatro días y sin ese dinero no puedo conseguir provisiones, si me preguntan así prefiero cobrar lo mismo en efectivo y vender lo que pueda”. El diagnóstico coincide con al menos otros tres carniceros consultados este martes en la ciudad: los comercios más pequeños no tienen la oferta de los grandes supermercados, les pierden clientes y, aunque el Gobierno les ofrece aplazamientos en el pago de impuestos, el dinero en Cash gobierna más fuerte.
El kilo de asado, uno de los cortes previstos por el Gobierno en su lista de precios congelados, cuesta en el barrio de Once unos 1.100 pesos, unos seis dólares al cambio oficial. La revisión prevé que el kilo cueste 1.035 hasta el 31 de marzo y en Argentina, donde se sigue enviando efectivo todos los días, el billete más grande no alcanza para comprarlo.
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